sábado, 8 de abril de 2017

microcuento I - copa amèrica

Una mañana de 25 de mayo medio caìda de la cama, poncho arrastrada bastante patriota feriada otoñal tuve una misiòn.
Me levantè temprano, el sueño pesando sobre una senoidal clavada en 60 Hz y yo nos tomamos el 110 para ir a encontrar
a Ernesto, para embarcarnos en uno mas de esos desayunos gourmet que pintan por Recoleta a donde casi todos los mozos me detestan por desconocimiento semi total protocolar o por ausencia de rasgo local o en general.
Tomamos el cafè, todo muy rico y arrancamos a caminar hasta la casa de Miguel, alumno de Ernesto quièn estaba interesado en los pedales que fabricamos. En medio de la media mañana, media clase, media exposicion, media desayunando en tu living, entre los patches y la teorìa y las màquinas electronicas e instrumentos que habìa y que de hecho me tenian fascinada llegan los amigos de Miguel y compañeros de clase,les paso cero cabida, mi objetivo era hacer bien mi trabajo, cumplir con mi misiòn de vendedora del mes, empatizar, explicar los procesadores semi sonriendo de forma simple y al mismo tiempo compleja como yo,, conectarlos, probarlos, destacando lo mejor de cada  efecto y vender todos los que podìa de los 11 que traìa.
Toco un rato el Meazzi. 
ya era el mediodia y no habia mucho mas que mostrar ni que probar, los chicos habian casi empezado la clase cuando Miguel me preguntò cuanto era si me compraba los 11 y ahì, justo en ese momento fuè cuando empezò todo, una ruta doble mano, un rìo que desemboca en otro rìo y en el mar al mismo tiempo, una pata de gallo, todas las direcciones. Turbulencia. Muerte y destruccion adentro mìo y un tornado como para no perder la costumbre.
-Ay yo sabìa puta madre, no sirvo para estas cosas, me dije, mientras estaba agujereando la hoja  de los precios de lista con los ivas con mi propio miedo elèctrico y  lìquido. Tenìa que calcular y siempre fuì buena en matemàticas pero muy mala para negociar.
- Ahora somos dos en esto, Miguel y yo,vendedora vs comprador, tengo que hacerle precio, pero no me anotè nada,
no lo charlè con mis jefes, son 11 pedales, tengo que hacerle un descuento significativo aunque sea parte de mi comisiòn,
me muero de calor, la loza radiante de este metro cuadrado brillante, de mi propia àrea reestringida parece que anda joya,
le tengo que hacer un buen descuento,siento que se lo merece, se lo vè buena persona y quizàs en otro momento compre mas, uy la colguè tengo que sacar un porcentaje, un 10 o un 11, llamo a santiago y le pregunto? . No recordaba como sacar el 10%,  deben ser unos 200 por pedal me digo a mi misma entonces le tiro el precio  final a lo que Miguel responde, eso seria como un 8 % es muy poco fijate si no podes hacerme un poco mas.. La hoja ya no existia, se  me habia derretido en las manos, consevo los precios que habia anotado en otro lado por cualquier cosa, recuerdo a mi jefe diciendome que por nadie tenia que ver esa lista de precios nunca, mientras observo con muchisima carpa el papel y silvo la de mision imposible para adentro, recalculo como un gps, y siento que voy mejorando hacia la tarde como el pronostico, recuerdo algo acerca del porcentaje, dejo de temblar, me hago la negociante y entonces aparece èl, Gonzalo.
te puedo ayudar en algo? me dice. 
No, gracias ya lo estoy resolviendo sola. 
Dale, te ayudo decime tengo la calculadora abierta.
Le miro la brageta, no sè por què.
No me acuerdo con sinceridad si finalmente me ayudò o pude hacerlo sola pero nunca antes me habian ofrecido ayudarme a calcular. Me  estaba abriendo la puerta de emergencia a mitad del recorrido terror lento de un  tren fantasma de esos que  en realidad se hacen caminando; Me estaba persiguiendo jason con una regla oxidada por un pasillo muy luz de neon en el centro de mi cerebro, muy calculadora borrosa, gameboy sin pilas, para ese entonces.
Tenìa mucho miedo de equivocarme chicos, me podìa  tropezar, faltarme un cero o peor, un uno, una cifra, una coma en la matrix invisible verde alien que estaba viendo sin mirar, y dejaria de tener sentido haber vendido y  haber venido.
No le pasè mucha cabida a gonza en general, pero desde que me saludò yo me estaba tomando un cafè con el en el  botànico.
Finalmente hice mas o menos bien la cuenta, Miguel aceptò mi rarisimo casi 11%, le vendì todos,me volvì con  la mochila vacìa. durante el viaje cuidè muchisimo el dinero ya que sabia que una buena proporcion era mìa, les contè a todos sobre mi operacion exitosa mientras en algun rincòn del salvapantallas de mi mente pensaba en la mini vibra que habia sentido cuando lo salude a gonzalo al irme, como si se nos hubiese pegado un chicle en los pechitos y sòlo se hubiese estirado hasta ahora.
Recordè que en algun momento, entre el càlculo, la fiebre, la clase y  el oràculo me habia pedido el facebook ya que estaba interesado en un pedal. Ese mismo dìa me fui a caminar con mi vieja y me mandò una carita, le respondì, nos contamos donde vivìamos, quedamos en ver una pelicula de un ciclo de cine Francès que habia pintado  y entonces nuestra primer cita fuè un partido de la copa amèrica en la que por suerte jugaba Messi.
No me acuerdo casi nada de ese dìa sòlo que al llegar a su casa en plena Lacroze, en un momento
me palmò el corazòn y me dio muchas ganas de pegarme un fondo blanco de tunel del amor y de comprar vasos para celebrar algo que todavia no sabìa que serìa todo.



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