sábado, 4 de julio de 2020

que es el fin del mundo?

 optimizando el  rancho de adentro mio como recurso estético, como punto de partida,
porque que es una persona  sin  su tecnologia?
que es un living si no soy yo escribiendo aislada de  mi  propia perspectiva
como funciona un  bichito de luz?

 siempre llegando  tarde ya ves
tomándome el subte al revés, el remís del conurbano que acelera pero no alcanza
y que parece que avanza pero cada vez estoy mas lejos de aterrizar en mi cama
y mas cerca de ponerle luz de neón a todo.

que loco poder ver con tanta claridad y a la vez tanta latencia,
como las moscas se enredan alrededor de la paciencia como si estuviese podrida.
alrededor del magnetismo personal,
que soy yo afuera de mi celular?
que es  un amontonamiento?
que siente un hipervinculo cuando lo apretan?

y si el fin del mundo es esto? aterrizar en los 30, haciéndome un huevo frito lento sobre el calor que quedo de tu transformador, masturbándome la mente con la idea de que el amor es como un capacitor.
yo saliendo a golpear puertas adentro mío, aprendiendo que extrañarte todos  los dias   es lo mas parecido a cuando me lleno mientras cocino.
 me gusta que el  fin del mundo me encuentre así, retocándome el código.
que me hayas encontrado vos, todavía sin debuguear. o encontrarme yo en cualquier lugar,  pensando  en que el corazón se gasta como una bateria de laptop y después de cada carga no vuelve a ser lo que era  pero que  de alguna manera  sigue funcionando  como cuando algo es bueno.
Debe ser fuerte para el darte cuenta de repente que  te podias volver  lista sin el beso de nadie.
que crecer es  aprender  a  guardar  en una lata la data expandida, aprender a codear tu propia vida, a amarte,
y si es que  siempre te gusto, como a mi, desenterrarte, aprender tambien a cavar tu propio agujero profundo e irreversible..
y si el fin del mundo son  estas ganas horribles  de estar acurrucada? de estar tirada pero despierta y caprichosa, cuestionándome un montón de cosas?
Me gusta que el fin del mundo me encuentre  así,  aislada, bailando una de eric satie,
meneando  sola en la pista del amor moderno, en la del recuerdo como recurso,
bailando  también vos,  borroso,  permanente como un rulo, eterno, insistente, testarudo y deforme
como este amor al que todavía no le puse nombre pero que me me sostiene  como la cinta a las teclas del sinte 
porque me guardo las manos para otra cosa,
posiblemente para escribir otra prosa
que me describa mejor.